En psicología estudias la relación del individuo consigo mismo y en sus interacciones más estrechas. Ya he hablado de las 4 interacciones básicas
La psicología trataría de la gestión de las tres interacciones: competición, parasitismo y mutualismo o simbiosis. Creo que la pedagogía podría ser la encargada de gestionar como el individuo puede interactuar dentro de las organizaciones coercitivas.
Una de las corrientes pedagógicas con más éxito ha sido la pedagogía del oprimido de Paulo Freire. Freire hace un análisis de clases marxista al estudiar la relación entre docente-alumno. Para Freire el docente es el "colonizador" y el alumno el "colonizado." Este enfoque ha servido para poner en relieve la manera en la que un saber troquela la mente del que se inicia en ese saber. Como el conocimiento no es puro y abstracto, libre de ideologías, el docente, de alguna manera está colonizando la mente del alumno con tus prejuícios y esquemas de valores. Como los docentes imparten su cátedra desde alguna institución, los principios de esta institución se permean a la mente de los alumnos. A esta práctica, Freire le llama acción antidialógica. La acción antidialógica está centrada en la necesidad de conquista y en la acción de los dominadores. Los dominadores buscan descalificar la identidad de los oprimidos a través de la manipulación de la información. Es una estrategia de dominación.
Personalmente tengo dos objeciones a esta pedagogía. Una es el enfoque marxista. La segunda es el acento sobre los problemas de la identidad. Vamos a verlo en detalle.
Dominadores malos versus dominados buenos
El análisis marxista de las relaciones de poder ha sido eficaz a la hora de desvelar las relaciones de dominantes-dominados. Este mismo análisis ha fallado cuando les ha asignado categorías morales a dominantes y a los dominados. James S. Scott en su obra "Los dominados y el arte de la resistencia" nos explica que dentro de los dominados hay poder, intereses y mezquindad. Por tanto, decir dominante-malo dominado-bueno es una simpleza brutal. Romantizar al dominado es un error. En la película "Viridiana" de Luis Buñuel, se muestra a una dama caritativa que es violada por esos mismos pobres a los que quiere salvar. Las historias de judios colaboradores de los nazis es otro ejemplo.
Es verdad que se se suele encontrar más solidaridad en el pueblo que entre aquellos que se autoperciben como dominantes. Ello se debe más al papel y al sentido que tiene en el grupo la solidaridad que a un valor intrínseco de las personas que conforman el pueblo. Los experimentos de Milgram mostraron que es la organización la que determina los valores morales de aquellos que estén dentro de esa organización. El experimento de la cárcel de Standord es otro experimento clásico en este sentido.
Toda organización tiene cierto nivel coercitivo. Si el nivel coercitivo se midiese en un escala en los valores más bajos estarían aquellas organizaciones basadas en la tolerancia y la racionalidad. En el valor más alto las sectas coercitivas destructoras.
En la novela "Ensayo de la ceguera" de José Saramago, el autor nos muestra qué ocurre a los humanos cuando la civilización se detiene cuando todos sus integrantes pierden la vista. Lo primero que colapsa son las estructuras sociales complejas como corporaciones, empresas, estado. En su lugar queda la horda. La horda se organiza alrededor de un jefe y sus secuaces. Es la violencia la que articula las relaciones. La moneda de cambio es la sumisión a ese jefe. Poco a poco, la capacidad de autoorganización de los humanos van poniendo las piedras para que, incluso en ausencia de la vista, las personas puedan vivir en sociedad.
Pensar que "Solo el pueblo salva al pueblo" es ingenuo. Muchísimos políticos han empezado de esa manera su carrera política. Por ejemplo, Ortega en Nicaragua: derrocar a Somoza para ocupar su lugar aupado en una revolución, disque Sandinista. Más tarde, los evangélicos se encargan de mantenerlo en su puesto. El personaje principal de la película de Rossen: "El político" basado en el caso real del gobernador de Luisiana. En la película "La ley de Herodes" de Luis Estrada, el gobernador tiene bigote y aspecto mejicano. Cuando llega a la presidencia se afeita el bigote y su aspecto es mucho más acriollado.
Necesitamos las organizaciones, y necesitamos que estas sean racionales, tolerantes y respetuosas con sus obligaciones. Con la aparición de las personas jurídicas, las empresas dejaron de ser propiedades, asuntos económicos, a tener personalidad jurídica, a trascender la vida de sus fundadores o sus dueños. Esas empresas tienen que tener derechos y obligaciones. Para eso son personas juridicas. Por ese motivo, es importante ser conscientes de que además de pueblo también somos parte de las organizaciones en las que estemos inscritos.
La identidad por encima de la disciplina, el aprendizaje a partir del error y la constancia
La identidad y por ende, la pertenencia al pueblo, son conceptos peligrosos. El peligro está en considerar que el pueblo, como concepto, es algo bueno, positivo, salvífico. Por lo tanto, al ser una unidad de bondad los que están dentro son buenos, los que están fuera son menos buenos o directamente malos.
Xosé Manuel Beiras, el histórico dirigente del nacionalismo gallego, en uno de sus mítines en la plaza de la Quintana el 25 de julio, arengaba a las masas diciendo: "Los gallegos somos un pueblo que nunca ha oprimido a ningún otro pueblo".... Recuerdo pensar: "Si hubiesemos tenido la suficiente masa crítica para dominar otros pueblos lo hubiésemos hecho". ¿Hubiera servido esta reflexión para entusiasmar a todos los nacionalistas gallegos que llenaban la plaza? seguro que no, aunque hubiese dicho la verdad.
La vida de Brian Frente Popular de Judea ¡Disidentes!
Monty Python se rió de la ilusión de creer que se pertenece al grupo correcto
Una vez que nos aseguramos que estamos en el grupo correcto nuestro celo es echar del grupo a aquellos que consideramos que desvalorizan al grupo. Comienza la caza del disidente, del débil, del desviado.
El cultivo de la identidad ha consumido enormes cantidades de energía en las dictaduras comunistas y dictaduras fascistas. Los grupos identitarios demandan de sus integrantes pertenencia y la realización de demostraciones que generen la ilusión de que ese grupo tiene una entidad física real. Todo ello a expensas de invertir en el individuo. Las personas mejoran en las artes o ciencias en las que se ejercitan a base de disciplina, aprendizaje de los errores y constancia. Detraer recursos y energía de esta formacion del individuo para integrar al individuo en la masa anónima es un proceso al que debemos estar atentos. Las organizaciones coercitivas tienden a ganar poder al someter y manipular a sus integrantes.
Identidades continuamente negociadas
Respecto a las normas, pongamos por ejemplo las de la etiqueta a la hora de comer, hay dos posturas claras: una, conocer la norma e integrarla en tus hábitos y de esa forma poder concentrarnos en la conversación. Dos, desconocer la norma y pasarse toda la comida pendiente de qué hacer con los distintos vasos, cubiertos, sucesión de distintos platos. La norma permite deambular en un ambiente social con un mínimo de esfuerzo. Desconocer la norma genera inseguridad, ansiedad y desconfianza.
Las identidades claras nos permiten olvidarnos de las identidades. Cuando una identidad tiene que ser negociada constantemente, el tiempo que ello requiere lo detraemos de lo realmente importante. Lo importante es saber en qué posición nos encontramos en el trato. ¿Estamos en una interacción competitiva, parasítica, mutualista o coercitiva?
La lucha feminista tenía sentido cuando estaba claro cuáles eran los derechos a los que se quería aspirar y cuáles eran las agresiones que se sufrían. Lo mismo ocurre con el movimiento LGTB. Las siglas definían claramente a los agentes en lucha. Cuando la lucha desaparece poco a poco lo identitario va tomando cuerpo. Ya no existen las reivindicaciones ahora hay una clase que ha tomado conciencia de si misma y opera como agente histórico. Entramos en el juego de quién es legítimo y quién no. Quién está dentro y quién está fuera. Cuando se entra en esa dinámica de grupos que luchan entre si se corre el riesgo de perder la vida si no vemos dónde está el peligro. Iriarte, en su fábula de los conejos, que viendo venir unos perros a por ellos, pierden tiempo discutiendo si esos perros son galgos o si son podencos, nos muestra que lo importante es no perder el foco de lo que importa. Spoiler, los conejos mueren.
Vamos a ver dos ejemplos históricos:
Desde 1921 a 1935 existió la “Asociación de Judíos Nacionales Alemanes”, que apoyaba a Hitler y el nazismo. Creyeron que su persecución no iría tan lejos. En 1933 se creó la Reichsvertretung der Deutschen Juden, «Representación en el Reich de los judíos alemanes». Con la aprobación de las Leyes de Nuremberg en 1935, la Reichsvertretung fue obligada a cambiarse de nombre, quedando como Reichsvertretung der Juden in Deutschland («Delegación en el Reich de los judíos alemanes»). El mismo año, el periódico Israelitisches Familienblatt, que se acababa de trasladar a Berlín, se convirtió en el órgano de prensa de la Reichsvertretung. Tras la Noche de los cristales rotos en 1938 la Reichsvertretung se vio obligada a cambiarse otra vez de nombre, ahora como Reichsverband der Juden in Deutschland. En febrero de 1939 se cambió otra vez de nombre, Reichsvereinigung der Juden in Deutschland. Finalmente, esta asociación fue asimilada por un ministerio nazi y en 1943 fue disuelta mientras se gaseaba a aquellos que habían creído en esta pantomima. ¿Son galgos o son podencos?
La gran purga estalinista no fue exclusivamente un caso particular de la revolución rusa. Ocurre en todas las revoluciones. Una vez se conquista el poder, se sucede una purga de los contendientes por el poder. Muchos de los purgados no eran conscientes de que eran considerados rivales. Pensaban que eran camaradas, que estaban unidos en la lucha. Noooooo. El poder había sido conquistado. Era el momento de consolidarlo y aquel que no sumase en el proyecto del que finalmente se constituiría en el líder supremo había que eliminarlo. Pero, no fue tan crudo. Previamente hubo una serie de congresos en las distintas facciones discutían y trataban de legitimar su propuesta. Esos congresos servían para ponerse una etiqueta que decía "Elimíname" y eso sirvió para identificarlos antes de la siguiente fase. Aquel contendiente que tuvo control de la policía la utilizó como instrumento primero para lograr confesiones bajo tortura y posteriormente para "desaparecer" a aquellos que habían sido camaradas. De nada sirvieron las ideas, las razones o lo legítimo que se sintieran las distintas identidades políticas. Finalmente, cuando el tirano hizo desaparecer a todas las organizaciones coercitivas que le hacían sombra, cuando solo había simples ciudadanos asustados, en ese momento se echó a descansar.
Hasta aquí mis dos objeciones principales a la pedagogía del oprimido. Propongo avanzar en esta pedagogía. ¿Por qué? por que es de las primeras pedagogías que proponen "Estudia para que no te engañen". Esta frase la han dicho muchos de nuestros padres y tiene hoy en día más validez que nunca. Los niños que nacen a partir de 2023, año en el que la inteligencia artificial ha hecho su presentación en sociedad, tendrán muchas dificultades para reconocer qué es real.
El ser humano, además de individuo es miembro de organizaciones coercitivas. Esta dualidad ha sido explorada por el escritor y pensador alemán Ernst Jünger en obras como "La emboscadura". El emboscado es aquel que se reserva sus opiniones personales de manera consciente cuando tiene que operar como miembro de una organización coercitiva. Si es muy probable que acabemos trabajando para una entidad jurídica, corporación, empresa, ministerio, ONG... la frase "Estudia para que no te engañen" es insuficiente. Es asumir la condición de individuo frente al mundo sin asimilar que de alguna manera, la pertenencia a una organización coercitiva te va a exigir conocer cómo operar dentro de esas organizaciones. También te va a poner en la tesitura de tener que escoger en qué organización vas a trabajar. No es lo mismo trabajar como funcionario de las Naciones Unidas que ser sicario en un grupo delictivo mafioso. Por lo tanto, el "Estudia para que no te engañen" se suplementa con un "Estudia para saber en qué organización coercitiva quieres trabajar". Una crítica a la pedagogía del oprimido es esta "De identidades no se come". Lo realmente revolucionario es conseguir que el oprimido esté en la judicatura, en la policía, en las juntas de accionistas. ¿Alguien nos ha enseñado cómo operar dentro de una organización coercitiva?
Pedagogía dentro de las organizaciones coercitivas
Friedrich Nietzsche fue uno de los primeros filósofos en hablar de la moral en términos evolutivos: lobos y ovejas sirvieron como modelos para explicar las relaciones entre aquellos que dirigen y los que son dirigidos. Desde un punto de vista moral, a F. Nietzsche, los que dirigían le parecían superiores.
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