domingo, 6 de agosto de 2023

Creo en los nuevos comienzos

Jorge Larrosa Bondía

 En relación al oficio de profesor este autor menciona:

"El oficio de profesor tiene que ver con el amor. Con el amor al mundo y con el amor a la infancia, entendiendo esta última como novedad (en el mundo) y como capacidad de comenzar. Tiene que ver con el modo como nosotros, que habitamos el mundo, recibimos a los nuevos, a los que vienen al mundo por nacimiento, a los que (precisamente por su condición de natales) tienen tanto la capacidad de empezar algo nuevo como la capacidad de renovar lo viejo". 

Jorge Larrosa | Entrevista

Karol G lo expresa hermoso cuando dice que:

Porque en mi mundo

No existe ni los finales tristes ni los finales felices

Pero sí creo en los nuevos comienzos

Y tú no estás ahí, bebé

Los  nuevos comienzos es una estrategia que utilizan las especies para librarse de parásitos. El parásito no puede colarse en el nuevo embrión y de esa manera se genera un nuevo comienzo libre de pasajeros indeseados. A veces, los parásitos están en el nido, parte el alma ver a los pollitos infestados de pulgas y garrapatas. Por ese motivo, los pájaros progenitores cambian de nidos con frecuencia. Con su inteligencia se dan cuenta del problema. Cambiar de espacio es una manera de librarse, o de minimizar, el número de parásitos.

Ojo, porque en las sociedades coercitivas utilizan el "cambio de espacio" como estrategia para aislar a los dependientes. Por ejemplo, eres un miembro del Opus Dei que está empezando a dar señales de cansancio. La organización tiene unas necesidades que no concuerdan con la de algunos de esos miembros "quemados". Esa necesidad hace que tenga, como organización, que crecer, crecer, crecer. Perder a un miembro va en contra de ese crecimiento. Por esa razón, se trata de retenerlo a toda costa. Una de las cosas que se hace es cambiarlo de centro. 

El kilometraje de las putas

Reproduzco parte del show "Revelation" del cómico Dave Chapelle:

"¿Saben qué es el “kilometraje de una puta”? Claro que no. Es un concepto muy loco. Significa que el proxeneta entiende que la gente puede hacer cierta cantidad de cosas malas antes de volverse loca. Un buen proxeneta detecta el kilometraje de cualquier mujer tan solo con mirarla. “Puede soportar 500 cogidas más”. Ese es su kilometraje. Si supera esa cantidad, se volverá loca. Les hacen lo mismo a ustedes. ¿Por qué creen que la mayoría trabaja de nueve a cinco? Si fuera hasta las seis, podrían morir.

Iceberg Slim es el que explicó qué significa ser la “puta principal”. ¿Alguien sabe qué es? ¿Qué es, señor? Es la mejor de todas las prostitutas. Es la que da más dinero. Así es. Exactamente. ¿Eres negro? Sí, la puta principal es la favorita del proxeneta, hasta lo ayuda a mantener a raya a las demás prostitutas. Lo repetiré. Hasta lo ayuda a mantener a raya a las demás prostitutas. Si McDonald’s fuera el proxeneta, las papas serían la puta principal. El resto de las putas serían los sándwiches de pescado y esas mierdas.

Iceberg analiza algunos de los conceptos más fríamente capitalistas que jamás oí. Describe en detalle cómo los hombres quiebran a las mujeres para que ellas les den el dinero que ganan con la venta de su cuerpo. Aquí hay una historia tan cruda que me hace estremecer. Iceberg intenta doblegar a una mujer que le resulta incontrolable. Le pregunta cómo controlarla a una puta más vieja, y ella le responde: “Es fácil, Iceberg. Lo único que debes hacer es darle con una percha. Luego prepárale un baño y dale unas pastillas. Estará tan agradecida por tu ayuda que olvidará que tú fuiste el hijo de puta que la lastimó en primer lugar”. Ese es un relato muy cruel.

En fin. Al final del libro, Iceberg cuenta otra historia. Es el punto culminante del libro. En esa historia, su puta principal estaba por llegar al final de su kilometraje. Si podía soportar 500 cogidas, iba por la 498. Se notaba que se estaba volviendo loca. Decía cosas como: “Siempre quise trabajar en el circo”. “¿El circo? Se está volviendo loca”. “También sé hacer malabarismos”. “¿Qué?”. Debía dejarla ir. Es difícil dejar ir a una puta principal. No estaba listo. Su organización no podía darse el lujo de perderla, pero ella no lo sabía. No sabía lo importante que era. Así que se reunió con ella en una cafetería. Le dijo: “Escúchame, perra. Debemos separarnos”. “Está bien, desgraciado. No te necesito. Tengo contactos en Ringling Brothers”. “Como digas. Te tengo un último trabajo. De mucho dinero. Haz este último trabajo. Cobramos el dinero y nos despedimos”. “Está bien. ¿Qué quieres que haga?”. “En el hotel de enfrente, hay un tipo que te espera en la habitación siete. Quiero que vayas y te lo cojas. Pero antes, métele esto en su bebida. Se quedará dormido. Cuando se duerma, busca un maletín debajo de la cama y tráemelo. Ese es el trabajo. ¿Puedes hacerlo?”. “Claro que sí. Estoy ansiosa por deshacerme de ti”. Salió corriendo, se subió a un monociclo y cruzó la calle. Iceberg la miró y pensó: “Es muy buena. Si no le hubiera acabado en la cara, quizá ahora trabajaría en el circo”. La puta subió las escaleras y desapareció en la habitación. Estuvo allí dentro durante mucho tiempo, demasiado. Tardó tanto que Iceberg empezó a preocuparse, pero al rato apareció de la nada. “¿Qué ocurre? ¿Y el maletín?”. “No lo conseguí”. “¿Cómo puede ser? ¿Qué te ocurre?”. “Hice todo lo que me dijiste, pero el tipo no se veía bien. Ocurrió algo malo”. “¿A qué te refieres? ¿Le pusiste lo que te di?”. “Sí. Hice lo que me dijiste. Le puse todo en la bebida”. “Espera un minuto. ¿Le pusiste todo el frasco?”. Tuvo que ir a revisar. Entraron juntos en el motel y fueron a la habitación siete. En la cama, sin vida, yacía el blanco que ella debía cogerse. Iceberg dijo: “Tienes razón. No se ve bien. ¿Qué diablos hiciste?”. Entonces, llamó a un amigo médico que estaba cerca. El médico entró, revisó bien al tipo y les dijo lo que era obvio: “Slim, el tipo está muerto”. “Dios mío, papi. Por Dios, ¡no! Lo matamos”. Él le dijo: “Tranquilízate. Nosotros no hicimos nada. Tú mataste a este tipo”. Luego, sacó el maletín de abajo de la cama y lo abrió. Estaba repleto de dinero, más del que jamás habían visto. Iceberg tomó un poco y se lo dio al médico, quien se fue discretamente. “Déjame pensar, perra. Puedo solucionar esto. Sé a quiénes puedo llamar. Pero, si los llamo, les deberé un favor muy grande”. “Por favor, papi. No quiero ir presa”. “Yo tampoco. ¿Podrías callarte?”. Hizo una llamada. Murmuró un rato al teléfono y luego colgó. Ella caminaba de un lado al otro, mientras que él esperaba tranquilo. De repente, se detuvo una camioneta en la puerta. Se bajaron dos hombres con una alfombra. Extendieron la alfombra sobre el piso y arrojaron el cuerpo sobre ella. Enrollaron el cuerpo como un burrito y lo metieron dentro de la camioneta. Cuando volvieron, Iceberg volvió a abrir el maletín, les dio dinero y dijo: “Más tarde los llamaré”. Respondieron: “No. Nosotros te encontraremos”. “Como digan”. Y los hombres se fueron. “Por Dios, papi. Dios mío”. “Tranquilízate, perra. Debemos largarnos de aquí. Baja y busca el auto. Debemos salir separados”. Ella bajó y buscó el auto. Iceberg tomó el maletín, esperó unos minutos, miró por la ventana y bajó con ella. Ambos se subieron al auto y se fueron. Ella estaba destrozada. “Hicimos una cagada…”. “Ya te lo dije. No hicimos nada. Tú lo mataste, y yo me deshice del problema. Ahora compartimos un secreto, ¿sí? Sé que yo no diré nada. ¿Y tú?”. “No, no diré nada”. “No te preocupes. Debes quedarte conmigo hasta que todo se tranquilice”. “Sí. Está bien. Bueno”. Ese fue el engaño.

Así funciona esa mierda. ¿Entendieron? La puta ya no daba más. Había llegado a las 498 cogidas, pero trabajó seis meses más para Iceberg. Debe de haber hecho 200 trabajos más. ¿Lo entienden? Es una porquería. Lo más cruel es que el tipo muerto ni siquiera estaba muerto. Era un amigo de Iceberg que se hizo el dormido. El médico no era tal. Era un carnicero con una bata blanca. Los tipos que llegaron en la camioneta eran de una compañía de mudanzas. Iceberg se había comprado un apartamento nuevo. En cuanto al maletín con dinero, siempre le perteneció a Iceberg. Era el dinero que obtuvo de esas mujeres. Fue un engaño muy cruel. Ese es el manifiesto capitalista de mierda, y por eso me fui a Sudáfrica. Así que ahora compartimos un secreto".

El cómico Dave Chapelle estaba en lo más alto de la fama cuando estábamos en Ann Arbor. De repente desapareció. Recientemente me enteré que se había ido a Sudáfrica. Ha vuelto y está triunfando de nuevo. La decisión de irse del mundo del espectáculo tiene que ver con esta historia que había leído en una autobiografía del chulo de putas Iceberg Slim. Dave estaba empezando a volverse loco. Para evitarlo hizo un "nuevo comienzo". Le funcionó.

El "nuevo comienzo" sirve tanto para la persona que está atrapada, como para las organizaciones coercitivas. A la persona le sirve para evitar una situación que le está desgastando. Para la organizaciones coercitivas les sirve para que del dependiente deje de estar quemado y se entretenga con los arreglos que supone el cambio de centro. Hay un pequeño matiz: cuando es una decisión de la persona normalmente es para bien. Al fin y al cabo, normalmente, las personas sabemos en el fondo lo que queremos. Para la organización, el cambio es solo una estrategia para mantener a esa persona "quemada" un poco más. A veces se logra retenerlo, pero retienes a alguien que está a disgusto, que minimiza su malestar al cambiar su localización, pero no se arregla su "burn out". 

Pedagogía dentro de las organizaciones coercitivas

 En psicología estudias la relación del individuo consigo mismo y en sus interacciones más estrechas. Ya he hablado de las 4 interacciones básicas


Fig. 1. Las interacciones más básicas de la naturaleza: competición, parasitismo, mutualismo o simbiosis y organizaciones coercitivas

La psicología trataría de la gestión de las tres interacciones: competición, parasitismo y mutualismo o simbiosis. Creo que la pedagogía podría ser la encargada de gestionar como el individuo puede interactuar dentro de las organizaciones coercitivas. 

Una de las corrientes pedagógicas con más éxito ha sido la pedagogía del oprimido de Paulo Freire.  Freire hace un análisis de clases marxista al estudiar la relación entre docente-alumno. Para Freire el docente es el "colonizador" y el alumno el "colonizado." Este enfoque ha servido para poner en relieve la manera en la que un saber troquela la mente del que se inicia en ese saber. Como el conocimiento no es puro y abstracto, libre de ideologías, el docente, de alguna manera está colonizando la mente del alumno con tus prejuícios y esquemas de valores. Como los docentes imparten su cátedra desde alguna institución, los principios de esta institución se permean a la mente de los alumnos. A esta práctica, Freire le llama acción antidialógica.  La acción antidialógica está centrada en la necesidad de conquista y en la acción de los dominadores. Los dominadores buscan descalificar la identidad de los oprimidos a través de la manipulación de la información. Es una estrategia de dominación.

Personalmente tengo dos objeciones a esta pedagogía. Una es el enfoque marxista. La segunda es el acento sobre los problemas de la identidad. Vamos a verlo en detalle.

Dominadores malos versus dominados buenos

El análisis marxista de las relaciones de poder ha sido eficaz a la hora de desvelar las relaciones de dominantes-dominados. Este mismo análisis ha fallado cuando les ha asignado categorías morales a dominantes y a los dominados. James S. Scott en su obra "Los dominados y el arte de la resistencia" nos explica que dentro de los dominados hay poder, intereses y mezquindad. Por tanto, decir dominante-malo dominado-bueno es una simpleza brutal. Romantizar al dominado es un error. En la película "Viridiana" de Luis Buñuel, se muestra a una dama caritativa que es violada por esos mismos pobres a los que quiere salvar. Las historias de judios colaboradores de los nazis es otro ejemplo.

Es verdad que se se suele encontrar más solidaridad en el pueblo que entre aquellos que se autoperciben como dominantes. Ello se debe más al papel y al sentido que tiene en el grupo la solidaridad que a un valor intrínseco de las personas que conforman el pueblo. Los experimentos de Milgram mostraron que es la organización la que determina los valores morales de aquellos que estén dentro de esa organización. El experimento de la cárcel de Standord es otro experimento clásico en este sentido. 

Toda organización tiene cierto nivel coercitivo. Si el nivel coercitivo se midiese en un escala en los valores más bajos estarían aquellas organizaciones basadas en la tolerancia y la racionalidad. En el valor más alto las sectas coercitivas destructoras. 

En la novela "Ensayo de la ceguera" de José Saramago, el autor nos muestra qué ocurre a los humanos cuando la civilización se detiene cuando todos sus integrantes pierden la vista. Lo primero que colapsa son las estructuras sociales complejas como corporaciones, empresas, estado. En su lugar queda la horda. La horda se organiza alrededor de un jefe y sus secuaces. Es la violencia la que articula las relaciones. La moneda de cambio es la sumisión a ese jefe. Poco a poco, la capacidad de autoorganización de los humanos van poniendo las piedras para que, incluso en ausencia de la vista, las personas puedan vivir en sociedad. 

Pensar que "Solo el pueblo salva al pueblo" es ingenuo. Muchísimos políticos han empezado de esa manera su carrera política. Por ejemplo, Ortega en Nicaragua: derrocar a Somoza para ocupar su lugar aupado en una revolución, disque Sandinista. Más tarde, los evangélicos se encargan de mantenerlo en su puesto. El personaje principal de la película de Rossen: "El político" basado en el caso real del gobernador de Luisiana. En la película "La ley de Herodes" de Luis Estrada, el gobernador tiene bigote y aspecto mejicano. Cuando llega a la presidencia se afeita el bigote y su aspecto es mucho más acriollado.

Necesitamos las organizaciones, y necesitamos que estas sean racionales, tolerantes y respetuosas con sus obligaciones. Con la aparición de las personas jurídicas, las empresas dejaron de ser propiedades, asuntos económicos, a tener personalidad jurídica, a trascender la vida de sus fundadores o sus dueños. Esas empresas tienen que tener derechos y obligaciones. Para eso son personas juridicas. Por ese motivo, es importante ser conscientes de que además de pueblo también somos parte de las organizaciones en las que estemos inscritos. 

La identidad por encima de la disciplina, el aprendizaje a partir del error y la constancia

La identidad y por ende, la pertenencia al pueblo, son conceptos peligrosos. El peligro está en considerar que el pueblo, como concepto, es algo bueno, positivo, salvífico. Por lo tanto, al ser una unidad de bondad los que están dentro son buenos, los que están fuera son menos buenos o directamente malos. 

Xosé Manuel Beiras, el histórico dirigente del nacionalismo gallego, en uno de sus mítines en la plaza de la Quintana el 25 de julio, arengaba a las masas diciendo: "Los gallegos somos un pueblo que nunca ha oprimido a ningún otro pueblo".... Recuerdo pensar: "Si hubiesemos tenido la suficiente masa crítica para dominar otros pueblos lo hubiésemos hecho". ¿Hubiera servido esta reflexión para entusiasmar a todos los nacionalistas gallegos que llenaban la plaza? seguro que no, aunque hubiese dicho la verdad. 

La vida de Brian Frente Popular de Judea ¡Disidentes!

Monty Python se rió de la ilusión de creer que se pertenece al grupo correcto

Una vez que nos aseguramos que estamos en el grupo correcto nuestro celo es echar del grupo a aquellos que consideramos que desvalorizan al grupo. Comienza la caza del disidente, del débil, del desviado. 

El cultivo de la identidad ha consumido enormes cantidades de energía en las dictaduras comunistas y dictaduras fascistas. Los grupos identitarios demandan de sus integrantes pertenencia y la realización de demostraciones que generen la ilusión de que ese grupo tiene una entidad física real. Todo ello a expensas de invertir en el individuo. Las personas mejoran en las artes o ciencias en las que se ejercitan a base de disciplina, aprendizaje de los errores y constancia. Detraer recursos y energía de esta formacion del individuo para integrar al individuo en la masa anónima es un proceso al que debemos estar atentos. Las organizaciones coercitivas tienden a ganar poder al someter y manipular a sus integrantes.

Identidades continuamente negociadas

Respecto a las normas, pongamos por ejemplo las de la etiqueta a la hora de comer, hay dos posturas claras: una, conocer la norma e integrarla en tus hábitos y de esa forma poder concentrarnos en la conversación. Dos, desconocer la norma y pasarse toda la comida pendiente de qué hacer con los distintos vasos, cubiertos, sucesión de distintos platos. La norma permite deambular en un ambiente social con un mínimo de esfuerzo. Desconocer la norma genera inseguridad, ansiedad y desconfianza. 

Las identidades claras nos permiten olvidarnos de las identidades. Cuando una identidad tiene que ser negociada constantemente, el tiempo que ello requiere lo detraemos de lo realmente importante. Lo importante es saber en qué posición nos encontramos en el trato. ¿Estamos en una interacción competitiva, parasítica, mutualista o coercitiva? 

La lucha feminista tenía sentido cuando estaba claro cuáles eran los derechos a los que se quería aspirar y cuáles eran las agresiones que se sufrían. Lo mismo ocurre con el movimiento LGTB. Las siglas definían claramente a los agentes en lucha. Cuando la lucha desaparece poco a poco lo identitario va tomando cuerpo. Ya no existen las reivindicaciones ahora hay una clase que ha tomado conciencia de si misma y opera como agente histórico. Entramos en el juego de quién es legítimo y quién no. Quién está dentro y quién está fuera. Cuando se entra en esa dinámica de grupos que luchan entre si se corre el riesgo de perder la vida si no vemos dónde está el peligro. Iriarte, en su fábula de los conejos, que viendo venir unos perros a por ellos, pierden tiempo discutiendo si esos perros son galgos o si son podencos, nos muestra que lo importante es no perder el foco de lo que importa. Spoiler, los conejos mueren.

Vamos a ver dos ejemplos históricos: 

Desde 1921 a 1935 existió la “Asociación de Judíos Nacionales Alemanes”, que apoyaba a Hitler y el nazismo. Creyeron que su persecución no iría tan lejos. En 1933 se creó la Reichsvertretung der Deutschen Juden, «Representación en el Reich de los judíos alemanes». Con la aprobación de las Leyes de Nuremberg en 1935, la Reichsvertretung fue obligada a cambiarse de nombre, quedando como Reichsvertretung der Juden in Deutschland («Delegación en el Reich de los judíos alemanes»). El mismo año, el periódico Israelitisches Familienblatt, que se acababa de trasladar a Berlín, se convirtió en el órgano de prensa de la Reichsvertretung. Tras la Noche de los cristales rotos en 1938 la Reichsvertretung se vio obligada a cambiarse otra vez de nombre, ahora como Reichsverband der Juden in Deutschland. En febrero de 1939 se cambió otra vez de nombre, Reichsvereinigung der Juden in Deutschland. Finalmente, esta asociación fue asimilada por un ministerio nazi y en 1943 fue disuelta mientras se gaseaba a aquellos que habían creído en esta pantomima. ¿Son galgos o son podencos?

La gran purga estalinista no fue exclusivamente un caso particular de la revolución rusa. Ocurre en todas las revoluciones. Una vez se conquista el poder, se sucede una purga de los contendientes por el poder. Muchos de los purgados no eran conscientes de que eran considerados rivales. Pensaban que eran camaradas, que estaban unidos en la lucha. Noooooo. El poder había sido conquistado. Era el momento de consolidarlo y aquel que no sumase en el proyecto del que finalmente se constituiría en el líder supremo había que eliminarlo. Pero, no fue tan crudo. Previamente hubo una serie de congresos en las distintas facciones discutían y trataban de legitimar su propuesta. Esos congresos servían para ponerse una etiqueta que decía "Elimíname" y eso sirvió para identificarlos antes de la siguiente fase. Aquel contendiente que tuvo control de la policía la utilizó como instrumento primero para lograr confesiones bajo tortura y posteriormente para "desaparecer" a aquellos que habían sido camaradas. De nada sirvieron las ideas, las razones o lo legítimo que se sintieran las distintas identidades políticas. Finalmente, cuando el tirano hizo desaparecer a todas las organizaciones coercitivas que le hacían sombra, cuando solo había simples ciudadanos asustados, en ese momento se echó a descansar. 

Hasta aquí mis dos objeciones principales a la pedagogía del oprimido. Propongo avanzar en esta pedagogía. ¿Por qué? por que es de las primeras pedagogías que proponen "Estudia para que no te engañen". Esta frase la han dicho muchos de nuestros padres y tiene hoy en día más validez que nunca. Los niños que nacen a partir de 2023, año en el que la inteligencia artificial ha hecho su presentación en sociedad, tendrán muchas dificultades para reconocer qué es real. 

El ser humano, además de individuo es miembro de organizaciones coercitivas. Esta dualidad ha sido explorada por el escritor y pensador alemán Ernst Jünger en obras como "La emboscadura". El emboscado es aquel que se reserva sus opiniones personales de manera consciente cuando tiene que operar como miembro de una organización coercitiva. Si es muy probable que acabemos trabajando para una entidad jurídica, corporación, empresa, ministerio, ONG... la frase "Estudia para que no te engañen" es insuficiente. Es asumir la condición de individuo frente al mundo sin asimilar que de alguna manera, la pertenencia a una organización coercitiva te va a exigir conocer cómo operar dentro de esas organizaciones. También te va a poner en la tesitura de tener que escoger en qué organización vas a trabajar. No es lo mismo trabajar como funcionario de las Naciones Unidas que ser sicario en un grupo delictivo mafioso. Por lo tanto, el "Estudia para que no te engañen" se suplementa con un "Estudia para saber en qué organización coercitiva quieres trabajar". Una crítica a la pedagogía del oprimido es esta "De identidades no se come". Lo realmente revolucionario es conseguir que el oprimido esté en la judicatura, en la policía, en las juntas de accionistas. ¿Alguien nos ha enseñado cómo operar dentro de una organización coercitiva?

Pedagogía dentro de las organizaciones coercitivas

Friedrich Nietzsche fue uno de los primeros filósofos en hablar de la moral en términos evolutivos: lobos y ovejas sirvieron como modelos para explicar las relaciones entre aquellos que dirigen y los que son dirigidos. Desde un punto de vista moral, a F. Nietzsche, los que dirigían le parecían superiores. 

Fig. 2. Los lobos serían los elementos en rojo, las élites, las ovejas serían los azules o los amarillos

Desde un punto de vista biológico solo hay un aspecto que hace que los lobos sean superiores a las ovejas y es el hecho de que son células capaces de transmitirse a la siguiente generación como ya he descrito en el libro "Interacciones". 


jueves, 3 de agosto de 2023

¿Por qué una historia se mantiene durante 10.000 años?

Encuentran pruebas de que las historias orales que los aborígenes australianos son ciertas. Algunos de los relatos se remontan a hechos que ocurrieron hace 10.000 años. La razón de que se haya mantenido durante tanto tiempo es porque esas personas consideran que esos hechos los definen como grupo. El conocer lo que ocurrió hace 10.000 años sirve para que ellos sepan de dónde vienen, quienes son y a dónde van.

El relato oral más antiguo (14.000 años) del mundo es cierto. Ocurrió en Canadá, una tribu relató durante 14000 años que habían vivido en una isla cuando el continente estaba completamente helado. Esto nos indica dos cosas: que la memoria es importante y que la vida en Canadá es tan aburrida que lo único salientable que le ha ocurrido a esa tribu ocurrió hace 14000 años.

Estamos rodeados de mensajes. La publicidad nos bombardea con campañas de brilli brilli tratando de deslumbrarnos, de preocuparnos, de que, en fin, consumamos. El tiempo es juez y todos esos mensajes se desvanecen de un día para otro. Lo que perdura es aquello que se cuenta en la intimidad de tus seres queridos, de noche, frente al fuego, o debajo de una higuera. Esto es lo que contaba el premio Nobel José Saramago en su discurso de aceptación del premio: él se hizo escritor escuchando las historias que le contaban sus abuelos debajo de una higuera.