domingo, 17 de marzo de 2024

El muro de la reciprocidad

El senecticidio revela una red de reciprocidad durísima

En Cerdeña existía un pueblo anterior a los romanos: los sardos. Este pueblo practicaba cierto tipo de eutanasia en el que los hijos llevaban a los padres muy viejos a los montes para sacrificarlos entre fiestas y grandes risas. Las risas eran provocadas por una planta que ingerían durante la ceremonia. Esta planta fue identificada en 2009 como el nabo del diablo, Oenanthe crocata. También conocida como "hierba sardónica" posee un veneno neurotóxico que provoca espasmos musculares. Actualmente, en medicina, se conoce la risa sardónica como aquellos espasmos faciales que pueden confundirse con una mueca de alegría.

Fig. 1. Fotograma de La balada de Narayama dirigida por Shohei Imamura en 1983.

La balada de Narayama es una obra de teatro llevada al cine. Primero por Kinoshita en 1958 "Narayama bushi kō" y después por Shohei Imamura en 1983, ganando con esta cinta el Festival de Cannes. La protagonista es la vieja Orín quien tras cumplir 70 años pide descansar como manda la tradición en el pacífico paraíso que representa el Monte. Su actitud choca con la de su septuagenario vecino, que por nada del mundo quiere que lo lleven a morir al monte de la muerte. En Narayama, la tierra fértil es limitada por lo que para que nazca un niño debe de morir un viejo. Aquellos que no guardan esta ley son enterrados vivos. 

Matar a los padres, lo mismo que a los recien nacidos, son prácticas que han existido durante la historia humana. No es casualidad que en ambos ejemplos, la escasez de tierra es un elemento común en ambas culturas ya que tanto sardos como aldeanos japoneses vivían en una isla y una aldea montañosa en Japón con poco tierra cultivable respectivamente. ¿Qué nos dice esta situación? que cuando el espacio es limitado, el control de algo tan exponencial como la natalidad se vuelve una necesidad perentoria. 

Matar a los padres es algo sorprendente y que provoca repulsión. En la película "La balada de Narayama" podemos ver como la vieja Orín cree fervientemente que asesinar a su nuera o coaccionar a su hijo para que la lleve a morir sola a la montaña de la muerte es lo correcto y que sus dioses se verán complacidos con su proceder. Su comportamiento tiene, en la moral que se desprende de los valores compartidos por los aldeanos, el visto bueno de los dioses y su ferreo cumplimiento se traduce en el equilibrio social y cierta estabilidad alimentaria. 

Hay un elemento que pasa desapercibido en la mayoría de las críticas a esta película que he visto y es cómo se crea una sociedad basada en la reciprocidad y en el cumplimiento tácito de unas leyes no escritas. Tanto es así que los aldeanos se reunen para decidir acabar con una familia entera, que no cumplía las leyes de moderar fertilidad, y lo llevan a cabo sin ningún tipo de disidencia o conflicto interno. No hay un alcalde, un rey, una élite. Todos saben qué es lo que hay que hacer y cuál es el castigo de no seguir esta ley.

Fig. 2. Los cuatro tipo de interacciones están relacionados entre si por variables tales como número de elementos, grado de independencia entre esos elementos, homogeneidad de los mismos, nivel de sometimiento a una jerarquía.

Todos pensamos que las relaciones de reciprocidad son justas, y más o menos lo pueden ser cuando son universales. Lo más normal es que haya un grupo cohesionado que practique cierto grado de reciprocidad en sus relaciones de grupo y el resto de personas que viven en ese espacio pero que no pertenecen a este grupo cohesionado. Ojo, no confundir con un grupo coercitivo, en donde hay una jerarquía rígida. 

La mayoría de los grupos cohesionados lo son porque están inscritos en una población que no tiene ese grado de cohesión. En las sociedades latinas estos grupos suelen estar menos pigmentados que la población local. Asisten a los mismos colegios y tienden a procrear entre ellos. 

Video 1. El gran Rubén Blades habló de esta situación en Rubén Blades - Ligia Elena

El predominio de un grupo sobre el resto tiene que ver con un acto de fuerza fundacional, una guerra en la que unos fueron los ganadores y los demás los vencidos. Es así como se crean las castas aristocráticas en Europa: todas las dinastías aristocrática tienen su origen en las invasiones germánicas del moribundo Imperio Romano. 

En los EEUU el conflicto racial está presente y latente. En la película basada en la novela "Matar a un ruiseñor" de Harper Lee, la palabra de una mujer blanca tiene el poder de matar a un hombre negro inocente. No hay leyes que lo defiendan. Si las leyes no son capaces de hacer justicia es igual, la turba enfurecidad arrancará las puertas a la cárcel y matará al hombre señalado por esa mujer. Los privilegios tienen que mantenerse siempre y sin ningún tipo de dilación. Lo mismo ocurrió en la Guerra Civil Española. Qué una campesina se negase a ceder su puesto a una señorita en la fila de la fuente fue una afrenta que en el fragor de la guerra se saldó con la violación y muerte de la "impertinente". Lo mismo ocurre en el Ecuador con la figura del "indio alzado".

El pícaro sube y sube hasta que se encuentra con el muro de la reciprocidad

Una característica de la novela picaresca, tanto la española, con ejemplos como "El lazarillo de Tormes" o "El Buscón" de Quevedo (ojo, el escritor no el cantante), así como el "Barry Lyndon" de Thackerey o "Yo que serví al Rey de Inglaterra" de Bohumil Hrabal, es que sus protagonistas, ambiciosos, sin escrúpulos, astutos y con una habilidad innata para mimetizarse con su medio... van subiendo en la escala social hasta que llega un punto que no pueden franquear. Es como si el medio en el que quieren triunfar pudiese, por fin, detectar al intruso, al advenedizo y cerrar filas para evitar que forme parte de ellos. 

El clasismo es palpable en ciudades de provincias españolas. Las élites locales son conscientes de que la economía es la que es y si hay doscientas familias en el gotha de la ciudad y cada una de esas familias tiene más de dos hijos hay alguien que se va a quedar fuera de ese círculo. Una de las citas más famosas de Thomas Malthus dice: "Un hombre que nace en un mundo ya ocupado, si sus padres no pueden alimentarlo y si la sociedad no necesita su trabajo, no tiene ningún derecho a reclamar ni la más pequeña porción de alimento (de hecho, ese hombre sobra). En el gran banquete de la Naturaleza no se le ha reservado ningún cubierto. La naturaleza le ordena irse y no tarda mucho en cumplir su amenaza".

Fig. 3. Fotograma de "La escopeta nacional" la cantidad de elementos que se pueden apreciar en esta imagen rebasan el pie de figura, pero dado que se trata de un blog ¡Vamos a ello! la señora es la querida de Jaime Canivell, empresario catalán, lleva peluca, abrigo de pieles y bolso de cocodrilo. El marido está contratado en el despacho de Canivell. Al fondo se ve la hélice del avión que pilotaba su hermano y que se estrelló en esa misma finca durante la Guerra Civil, Canivell es por su condición de catalán y hermano de republicano un dominado, en esa sociedad franquista. Canivell desconocedor de cómo van las cacerías ve un conejo y le dispara lo que ocasiona el caos entre los demás participantes, a los que todavía no ha conocido porque ha llegado tarde, al a habérsele estropeado el Mercedes y siendo transportado en una furgoneta de reparto de comida, a resultas de lo cual, se manchó de mayonesa y por eso lleva el loden austriaco lleno de polvos de talco.

Para comprender cómo funcionan las camarillas clasistas haré una entrada sobre la película del director español Jose Luis Berlanga "La escopeta nacional" en donde el muro de reciprocidad se describe a la perfección. 

Para pertenecer al gotha tienes que casarte con miembros del gotha, generar vínculos de confianza basados en el famoso "banco de favores", estar dentro de un sistema clientelar... Y esto para la burguesía, para las élites. Para los pobres, para los dominados... la pertenencia a estos grupos también se rige por reglas ferreas de reciprocidad. James S. Scott en su libro "Los dominados y el arte de la resistencia" ya describió como también en los grupos de dominados existe unas reglas de reciprocidad que si no se cumplen el infractor es excluído del grupo. Ya le he dedicado previamente una entrada a James S. Scott en relación al mestizaje, la memoria y la selección de grupo

Lo interesante de las peripecias que se narran en la novelas picarescas es ver como el protagonista, con astucia, es capaz de sortear las reglas sociales y de hacer que esas reglas funcionen a su favor. Toda ascensión tiene un límite. El límite puede ser incluso la lealtad consigo mismo como le ocurre al protagonista de la novela de Stendhal "Rojo y negro". El personaje que se fragua el trepa para poder subir socialmente va poco a poco comiendo su individualidad. El esfuerzo, por construir esa máscara que hace que la sociedad lo vaya aupando a puestos de mayor prestigio social, arrincona aquello que él interpreta como puro, personal e intransferible que es el amor que le profesa una mujer casada, la que es madre de unos niños que le fueron encomendados, al principio de su vida laboral, como joven preceptor. El protagonista, cuando se entera que su amor ya no es correspondido, regresa a donde vive esta señora y la mata. 

A pesar de que "Rojo y negro" es una obra maestra, la trama en si es bastante básica. Lo que hace a esta novela una genialidad es la calidad literaria y la profundidad de las descripciones con las que Stendhal va cocinando su obra. El autor parece advertirnos de que el éxito conlleva troquelarnos tantísimo con aquella máscara que nosotros debermos de portar que acaba por convertirnos en una persona que no somos. Orson Welles vio esta contradicción y la plasmó en la vida de éxito empresarial y de fracaso personal del magnate de la prensa Hearst en su "Ciudadano Kane". 

El escritor y pensador aleman, Ernest Jünger, combatiente en las dos Guerras Mundiales, era un conservador y patriota alemán pero en ningún caso era un nazi, aunque participase como oficial del ejercito nazi en la Segunda Guerra Mundial haciendo cosas de nazi. Hay quien sostiene que si, que si vistes de nazi y haces cosas nazis eres un nazi, pero Jünger sostenía que no, que él era lo que vino a denominar un "emboscado" es decir, una persona que, ante una situación como la de pertenecer a una sociedad coercitiva o verse expulsado de ésta decide pertenecer y aceptar el coste, aunque, en su fuero interno es consciente de que él es un individuo independiente y crítico con el sistema en el que se halla inmerso. 

"La balada de Narayama" como reflexión de qué hacer frente al muro de la reciprocidad

Existen dos personajes viejos, Orín, de la que ya hemos hablado y su vecino. El vecino, que no se cree mucho lo de los dioses, para nada quiere que su hijo lo lleve a morir solo al Monte de los Muertos. Su hijo lo maltrata porque lo considera una carga inservible que lo único que hace es generar hambre en su hogar. Frente a la obediencia de la norma tenemos un caso de aceptación de la norma y otro de deacato de la norma. Además, esto genera un impacto a los hijos. Mientras que el hijo de Orín no quiere llevar a su madre a la Montaña, el hijo del vecino está desesperado por llevar a su padre de una vez por todas. En el caso del hijo de Orín hay un precedente en la línea de tiempo. El padre del hijo rehusó llevar a la madre a la Montaña de la Muerte y por ese motivo fue desterrado de la aldea. El hijo de Orín le guarda rencor por no haber estado a su lado. Cuando finalmente lleva a Orín a morir a la montaña, el hijo observa un árbol que se mueve, alrededor todo está en calma. Es claramente el alma de su padre que busca en el hijo la redención de su falta. El hijo busca su escopeta y le dispara. El árbol deja de agitarse. El alma de su padre alcanza con esa muerte ritual el descanso eterno. El gesto del hijo, un gesto correcto con los dioses y con la ley de reciprocidad de la aldea, libera al padre de la falta cometida. 

Entender la competición es sencillo, lo mismo el funcionamiento de las organizaciones y las sociedades coercitivas. El parasitismo estamos empezando a comprenderlo aunque se nos resiste. Las relaciones recíprocas son más difíciles de entender. Lo igualitario, el respeto por la diferencia y por las leyes basadas en la racionalidad... son valores que, desde la Revolución Francesa, se aceptan como deseables para el arbitrio de una sociedad justa. Recientemente se ha publicado en Nature un artículo escrito por epidemiólogos que correlacionan sociedades más justas e igualitarias con mayor respeto por la naturaleza y el equilibrio ecológico. Que un tipo de interacción basado en la reciprocidad tenga beneficios evidentes no quiere decir que no tenga un coste elevado. La balada de Narayama nos lo expone claramente. Con estas palabras he querido poner de relieve cómo el tipo de interacción condiciona lo que somos y cómo resolvemos nuestros conflictos con la línea de tiempo. Es decir, el senecticidio no solo puede ser real y físico, como llevar a tu progenitor o progenitora a la Montaña de la Muerte, sino también en sentido figurado, como ya intuyó Sigmund Freud con su concento de "matar al padre". 

Para saber más: 

Why the world cannot afford the rich: Equality is essential for sustainability. The science is clear — people in more-equal societies are more trusting and more likely to protect the environment than are those in unequal, consumer-driven ones.

El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas. En esta entrada hablo del efecto que supone condenar deliveradamente al olvido. Rescato la frase de "El gatopardo": "los ojos de vidrio la miraron con la humilde expresión de reproche de las cosas que se descartan, que se quieren anular"

jueves, 7 de marzo de 2024

El cuerpo nunca miente

Fig. 1. Alice Miller es la autora de "El cuerpo nunca miente" que se puede descargar aquí. Llegué a esta obra escuchando esta intervención del congreso sobre organizaciones coercitivas 

Video 1. PERSUASIÓN COERCITIVA INTRAFAMILIAR - Molina| 1er Congreso Online Sobre #Sectas 2023

En el epílogo resume su tesis en cuatro puntos:

"1. El «amor» que siente el niño maltratado hacia sus padres no es amor. Es un vínculo cargado de expectativas, ilusiones y negaciones que exige un alto precio a todos los implicados. 

2. El precio de este vínculo lo pagan en primer lugar los propios niños, que crecieron con el espíritu de la mentira, porque de manera automática se les infligió aquello que, supuestamente, a uno le «fue beneficioso». Tampoco es raro que esta persona en cuestión pague su negación con problemas de salud, ya que su «gratitud» se opone a la sabiduría de su cuerpo.

3. El fracaso de muchas terapias se explica por el hecho de que muchos terapeutas han caído en la trampa de la moral tradicional e intentan también arrastrar a sus pacientes a la misma, porque no conocen otra cosa. Por ejemplo, en cuanto la paciente empiece a sentir y sea capaz de condenar con claridad los actos de su padre incestuoso, es probable que crezca en la terapeuta el miedo al castigo de sus propios padres si, a su vez, ve su verdad. ¿Cómo se entiende, si no, que se ofrezca el perdón como medio de curación? Los terapeutas suelen ofrecerlo para tranquilizarse a sí mismos, como también
hicieron sus padres. Sin embargo, dado que los mensajes del terapeuta suenan muy parecidos a los de los padres del pasado —aunque a menudo se expresen con mucha más amabilidad—, el paciente necesita largo tiempo para descubrir la pedagogía venenosa. Cuando por fin la reconoce, no puede dejar al terapeuta, porque entretanto ya se ha desarrollado un nuevo vínculo tóxico. Para él el terapeuta es ahora la madre que le ayudó a nacer, porque es con éste con quien ha empezado a sentir. De modo que sigue esperando que el terapeuta lo salve en lugar de escuchar a su cuerpo, que le está ofreciendo ayuda mediante señales.

4. Sin embargo, si el paciente tiene la suerte de ser asistido por un testigo con empatía, podrá vivir y entender su miedo a los padres (o figuras paternas) y, poco a poco, romper los vínculo destructivos. La reacción positiva del cuerpo no se hará esperar mucho, sus avisos serán para él más comprensibles y dejará de manifestarse con enigmáticos síntomas. Entonces descubrirá que sus terapeutas se han engañado, y también le han engañado (a menudo sin querer), pues el perdón impide la cicatrización de las heridas, por no hablar de su curación. Cualquiera puede comprobar por sí mismo que el perdón nunca acaba con la pulsión a la repetición".

El libro está imbuído de ese "baja Modesto que ya subo yo" característico de aquellos que han sido educados en el principio de que son los elegidos. Tiene sus peligros y también tiene su encanto. El peligro radica en que sin pruebas o sin un razonamiento sosegado es muy fácil caer en en la tentación de pensar que, al margen de que estemos contruyendo una hipótesis, esa hipótesis ya es cierta porque se nos ha ocurrido a nosotros, que somos muy listos porque nos lo han dicho nuestras mamás y nuestras abuelas. El encanto es la valentía de poder enunciar una hipótesis rompedora. Se lo suficientemente valiente para, sin pruebas y sin un aparato científico detrás, aventurarse a dar una posible explicación.

Por esto mismo, voy a intentar ser también osado en mi comentario sobre esta obra. Lo pertinente de trabajos como "El cuerpo nunca miente" es la necesidad que tenemos de ir más allá de una psicología y unas emociones que se han desarrollado en el paleolítico, es decir, durante la larga noche de la evolución humana, una evolución que transcurrió en comunidades pequeñas, muy cohesionadas, rodeadas de peligros. Podemos ver, en las descripciones de las sociedades sin estado recolectoras, que todas tienen en común poner a la comunidad por encima del individuo. Nuestra psicología se desarrolló como especie en ese esquema social. 

Hoy en día, con la expansión de las redes sociales, hemos visto que la mayoría de las personas opina para estar integrados en lo que ellos consideran su grupo. No apelan al razonamiento o a la ética. Piensan en grupo. La dependencia que los niños tienen de sus padres en la infancia tiene unas bases biológicas muy importantes. De esto se dió cuenta Jonh Bowlby en su teoría del apego. Es curioso que Alice Miller no lo mencione en su libro. El apego que sentimos los hijos por nuestros padres tiene una fuerte base biológica. Por esto mismo, debemos de separar lo que es biológico de aquello que está sujeto a las leyes de la ética. Esta disyuntiva entre escoger lo biológico o lo ético sirvió para que un cineasta de la talla de Robert Bresson construyese la maravillosa película Mouchette.

"El cuerpo nunca miente" tiene una tesis: por más que sea tu progenitor o tu progenitora, si lo que ha hecho está mal, es que está mal. No se debe de pensar que la curación está en el perdón del daño. La curación reside en poder decir, en poder hablar y darle un relato al hecho de que la víctima sufrió y que lo que ocurrió fue violencia. Para llegar a esta conclusión, la autora dice que el apego a los padres, por un lado, y por otro el respecto que nuestra sociedad tiene por el cuarto mandamiento "Honrarás a tu padre y a tu madre" hace que muchos terapeutas sean incapaces de darse cuenta de que no hay manera de llegar a una curación si no llamamos a las cosas por su nombre. Para la autora, la mejor ayuda que tiene una víctima es la compañía de otras víctimas. Algo que está muy en la línea de la nueva psiquiatría de Javier Álvarez.
Video 2. LE SACARON LA CHUCHA POR VAGO. Un padre enfurecido le dio una paliza a su hijo por haberse quedado supletorio en el Colegio. Sucedió en el Guasmo Sur, Guayaquil. La madre cierra la ventana para que no se escuchen los gritos.


domingo, 3 de marzo de 2024

Emilio, o de la educación

Rousseau tuvo cinco hijos. Los mandó a un internado y luego escribió uno de los mejores libros de educación que existieron: "Emilio, o de la educación".