viernes, 24 de abril de 2020

Niños tutelados

Los niños tutelados en España mueve mucho dinero. Por ese motivo se produce una economía del incentivo que hace que esos servicios sociales busquen a familias desesperadas económicamente para quitarles los hijos. Podríamos pensar que es un mal menor frente a la fantástica gestión que se hace en los centros de tutelaje de menores, pero no es así. es también algo parecido.
El doctor Pérez Abad denuncia abusos sexuales y maltratos a los niños tutelados en España

Acuérdense ahora del caso de las menores tuteladas y en redes de prostitución en Mallorca. Después del escándalo resulta que lo ocurrido en Mallorca es común en todas las casas de acogida de España. Es decir, el estado se arroga el derecho de protección y de quitar a los menores a sus familias pero por otro lado no cumple con esa protección y como es el estado no pasa absolutamente nada.

Con la gestión de los refugiados pasa algo parecido. Lo lógico sería darles papeles y sacarlos de la ilegalidad, pero esa misma ilegalidad es fuente de negocio. La gestión de los flujos de inmigración ya genera más dinero que las drogas.

Phillip K. Dick en la novela que dio pie a la película "Desafío total" ya mostró como en un sistema como el nuestro no interesa tanto resolver un problema como hacer que ese problema tenga un precio, un valor añadido. 

La gestión del estado de los divorcios, con el problema añadido de la LIVG española que favorece las denuncias falsas al aceptar testimonios sin pruebas. El problema es que la presunción de veracidad se contrapone al derecho a la igualdad (art. 14 de la Constitución) ya que implica discriminación por cuestión de cargo al no ofrecer el sistema el mismo crédito al testimonio de dos ciudadanos iguales.
La película Ladybird, Ladybird de Ken Loach (1994) retrata la problemática de unos servicios sociales rapaces refugiados en la presunción de veracidad para despojar de hijos a una madre por el único delito de ser pobre y tener una pareja latinoamericana en la Gran Bretaña de M. Thatcher.