José Afonso explicaba el porqué de su canción "Mulher da erva". Una dictadura, la de Salazar, que había mantenido a Portugal sumido en una cultura agraria de subsistencia, perviviendo un catolicismo cerrado, de sotana y sacristía.
Velha da terra morena Pensa que e já lua cheia Vela que a onda condena Feita em pedaços na areia Saia rota Subindo a estrada Inda a noite Rompendo vem A mulher Pega na braçada De erva fresca Supremo bem Canta a rola Numa ramada Pela estrada Vai a mulher Meu senhor Nesta caminhada Nem m'alembra Do amanhecer Há quem viva Sem dar por nada Há quem morra Sem tal saber Velha ardida Velha queimada Vende a fruta Se queres comer A noitinha A mulher alcança Quem lhe compra Do seu manjar Para dar A cabrinha mansa Erva fresca Da cor do mar Na calçada Uma mancha negra Cobriu tudo E ali ficou Anda, velha Da saia preta Flor que ao vento No chao tombou No Inverno Terás fartura Da erva fora Supremo bem Canta rola Tua amargura Manha moça .. nunca mais vem | Vieja de la tierra morena Piensa que es ya luna llena Vela que la ola condena Hecha pedazos en la arena Falda rota subiendo la carretera Todavía la noche viene rompiendo (todavía no ha caído la noche) La mujer coje el haz de hierba fresca supremo bien Canta la tórtola en una rama Por la carretera va la mujer Señor mío En esta caminata Ni me acuerdo del amanecer Hay quien viva sin dar por nada Hay quien se muera Sin saberlo Vieja ardida Vieja quemada Vende la fruta Si quieres comer Al anochecer La mujer alcanza A que alguien le compre De su manjar para dar a la cabra mansa Hierba fresca Del color del mar En la calzada Una mancha negra Cubrió todo Y allí quedó Anda, vieja De la falda negra Flor que el viento En el suelo tumbó En el invierno Tendrás abundancia De hierba afuera Supremo bien Canta tórtola Tu amargura Mañana moza … nunca más viene |
Min 6:35 A maior está en Venezuela
Min 21:44 andivo por Venezuela
Mi abuela Mercedes era una mujer que vestía de luto. Se murió en el año 1971 y la sigo llorando. Hay personas que van más allá de la simple apariencia. Intento expresar la admiración y el amor que siento... y a mi cabeza viene un momento de manera recurrente: Hégira y yo regresábamos al poblado Shuar después de haber bajado a la Cueva de los Tayos. Había una casa de madera de laurel que hacía de tienda y que vendían cerveza Pílsener fría. Si se hace una cata de cervezas muy probablemente no sea la Pílsener la ganadora, pero en ese momento estaba muy muy por encima de cualquier cerveza en el mundo. Hay personas que ganan por lo que las rodean, por lo que significan en un mundo que sin ellas carece de belleza.
Llama la atención la capacidad de producir de estas mujeres. Lo mismo te hacen una tortilla de antología que de unas pajas te hacen un sombrero. ¡Qué contraste con estas personas urbanas que se dedican a actividades completamente supérfluas!