miércoles, 18 de agosto de 2021

Ginkgo biloba: de las algas a los árboles

El ginkgo es un árbol único. Es tan único que en la clasificación botánica está solito, con su propia clasificación: Reino: Plantae; División: Ginkgophyta; Clase: Ginkgoopsida; Subclase: Ginkgoidae; Orden: Ginkgoales; Familia: Ginkgoaceae; Género: Ginkgo y por último especie: Ginkgo biloba

Es la rareza de este árbol el que hizo que los monjes taoistas lo rescatasen de una extinción segura para cultivarlos en sus templos. En el templo budista de Gu Guanyin en las montañas Zhongnan de la provincia china de Shaanxi existe un ginkgo de 1400 años de antiguedad y 40 metros de alto. 

A los monjes le llamaba la atención que fuese un árbol que no paraba de crecer, que era dioico, es decir, que tenía árboles macho y árboles hembra. Una característica que aparece en las especies antiguas, aquellas que llevan mucho tiempo en nuestro planeta. Y esa es otra particularidad de este árbol que ya existía cuando los dinosaurios. 

Esta especie apareció sobre la faz de la Tierra cuando los árboles estaban desarrollando sus tallos para acceder a la luz del sol y tener una ventaja frente a especies no arbóreas. ¿Por qué este tipo de árboles han desaparecido? la razón es su sistema reproductivo que es menos eficiente a la hora de dejar descendencia que el que usan otro tipo de especies más evolucionadas. El ginkgo macho produce un polen con un flagelo, lo mismo que las algas. El flagelo no sirve para nada porque el polen se disemina por el aire no por el agua. Es una característica relicta, de cuando un ante ante antepasado de los ginkgos era acuático. Las hembras producen un óvulo carnoso, independientemente de si son fecundadas o no. 

Esa es una desventaja frente a los árboles procedentes de las plantas modernas en las que se produce la semilla SOLO cuando el óvulo es fecundado. Si hay un árbol femenino de Ginkgo biloba y no hay uno macho cerca, el árbol femenino producirá cientos de óvulos carnosos que serán infértiles. Un gasto de energía innecesario. 

Las hojas del ginkgo son como un abanico porque carecen de un eje central como las hojas más modernas. Los nervios se dividen dicotómicamente como también lo hacen la mayoría de las algas. Otra característica relicta.

Como otras especies relictas, el ginkgo tiene un genoma inmenso, tres veces más grande que el de los humanos. Quizás por eso es una especie tan resistente a la radiación. En Hiroshima, después de la explosión de la bomba atómica, los ginkgos fueron los únicos árboles que soportaron la tremenda radiación.

Este árbol nos cuenta una historia, por eso lo conservamos en nuestros parques. Para mi, lo interesante es que nos cuenta cómo ha sido la evolución desde las algas a las árboles. ¿Qué historia te cuenta a ti?

Referencias:

Ginkgo biloba

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